La menopausia es el momento de la vida de la mujer en que cesa la ovulación y la menstruación¹. Los cambios hormonales asociados van acompañados de numerosos síntomas que varían en gravedad de una mujer a otra: sofocos, trastornos del humor y del sueño, aumento de peso, trastornos urinarios, dolores, caída del cabello, aumento del crecimiento del cabello, etc. Este periodo también suele ir acompañado de sequedad vulvar y cutánea². Pero, ¿qué es exactamente la menopausia? ¿Cómo afecta a la piel de las mujeres? ¿Qué se puede hacer para prevenir y limitar su impacto en la piel?
es la edad media de inicio de la menopausia¹
del grosor de la piel que pierde una mujer posmenopáusica cada 10 años debido a la disminución de la producción de ácido hialurónico y sebo²
pérdida de colágeno cutáneo 5 años después del inicio de la menopausia³
Contenido
La menopausia es el momento en que la mujer deja de menstruar1,2. Este cese de la menstruación es entonces definitivo. La menopausia se produce de media entre los 45 y los 55 años, y con mayor frecuencia en torno a los 50 años.
Es un fenómeno natural que se produce cuando los ovarios dejan de producir hormonas sexuales (estrógenos y progesterona). Estas hormonas actúan cíclicamente en todo el organismo. Este parón, por tanto, tiene repercusiones variables de una mujer a otra:
La piel tampoco se libra. De hecho, la menopausia conlleva una disminución de la flexibilidad de la piel asociada a la sequedad, lo que provoca o acentúa la aparición de arrugas.
Estos fenómenos se correlacionan con la disminución de la producción de estrógenos. Estas hormonas permiten que en la dermis, la capa que constituye la reserva de agua de la piel, se produzca3,4:
Durante la menopausia, para contrarrestar los efectos del descenso de los niveles hormonales en el envejecimiento de la piel, puede merecer la pena adaptar el estilo de vida.
De hecho, el impacto del estilo de vida es casi tan fuerte como el impacto fisiológico en el envejecimiento de la piel5. Por lo tanto, es útil poner en práctica ciertas reglas cada día:
Fumar acelera el envejecimiento de la piel, especialmente en las manos y el rostro, porque el humo se deposita en los poros de la piel, obstruyéndolos y reduciendo la oxigenación. Además, fumar provoca vasoconstricción, es decir, una reducción del diámetro interno de los vasos sanguíneos. Este fenómeno se acentúa en la piel, provocando una disminución de la irrigación sanguínea y, por tanto, una disminución del aporte de oxígeno y nutrientes, y provocando un envejecimiento prematuro de la piel5.
El sol es el enemigo número uno de la piel. Es mejor evitarlo entre las 12:00 y las 16:00, cuando alcanza su punto máximo. Al exponerse al sol, aplicarse protección solar adecuada al tipo de piel. Volverse a aplicar la protección al menos cada dos horas. Con el tiempo, la exposición a los rayos UVA y UVB del sol puede restar elasticidad a la piel. La piel puede incluso engrosarse, arrugarse o debilitarse6.7. También se recomienda aplicar un emoliente antes y después de la exposición al sol para limitar la sequedad cutánea.
Vitaminas, minerales y oligoelementos variados en cantidades suficientes, contribuyen al mantenimiento de una piel normal. Este es el caso, en particular, de las vitaminas A, B3 o PP (niacina), B8 o H (biotina), B12 (riboflavina), C (ácido ascórbico) y cobre, yodo y zinc9. Algunas de estas moléculas no son compatibles con determinadas afecciones o patologías, por lo que es esencial consultar con un profesional de la salud antes de complementar la dieta.
El sueño es esencial para el descanso del cerebro y otros órganos. Permite la renovación celular. Por lo tanto, es importante dormir lo suficiente y en buenas condiciones
Además de estos consejos de estilo de vida, también es muy recomendable adoptar un ritual de cuidado de la piel para minimizar los efectos del envejecimiento y la menopausia en la piel.
Lo primero que hay que hacer para prevenir los efectos del envejecimiento cutáneo es una nutrición e hidratación diarias adecuadas y una higiene suave.
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Fuentes: