Piel áspera o tirante después de la ducha o en invierno... Casi todo el mundo ha experimentado estas molestias al menos una vez en su vida y ha llegado a la conclusión de que tiene la piel seca... Pero este no es necesariamente el caso... Puede estar deshidratada... ¿Cuáles son las características de la piel seca? ¿Y de la piel deshidratada? ¿Cómo cuidar esta última?
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La piel seca, conocida como xerosis en términos médicos, es un tipo de piel que, clínicamente, se manifiesta como una piel rugosa al tacto. Se acompaña de malestar, tirantez y a veces incluso picor1. Es, por tanto un tipo de piel, igual que la piel grasa o mixta. Es un estado permanente.
La piel seca se explica por un cambio en las características fisiológicas de la estructura de la capa superficial de la epidermis, el estrato córneo2. Estos cambios incluyen una disminución de la producción de los lípidos que constituyen la película hidrolipídica. Esta última limita la eliminación del agua contenida en la dermis y, por tanto, mantiene la hidratación de la piel1. Para más información sobre la piel seca, sus causas, su cuidado, etc. puedes consultar nuestra página sobre xerosis.
La piel seca requiere cuidados específicos y, en particular, el uso de productos limpiadores ultrarricos y la aplicación diaria de un emoliente que ayuda a reparar la función barrera de la piel. Puedes encontrar todos nuestros consejos para cuidar la piel seca en nuestra página sobre xerosis3.
La piel deshidratada es una afección que se produce cuando hay falta de agua en la piel. Este puede ocurrirle a cualquiera independientemente del tipo de piel: las personas con piel grasa o mixta también pueden sufrir deshidratación cutánea4. Por lo tanto, no es un tipo de piel sino una afección cutánea transitoria.
Es importante saber que la dermis, la capa intermedia de la piel (situada entre la epidermis y la hipodermis) está compuesta por más de un 70 % de agua5. La epidermis se alimenta de la dermis, extrayendo nutrientes de la sangre para generar nuevas células. Cuando la dermis no contiene suficiente agua, su tejido conjuntivo, incluidos el colágeno y la elastina, ya no puede cumplir su función de estructura y volumen de la piel. Una capa dérmica deshidratada provoca una piel reversiblemente apagada6.
La piel deshidratada, por lo tanto, se ve apagada, sin brillo y también puede mostrar signos prematuros de envejecimiento como arrugas superficiales y pérdida de elasticidad. Las ojeras suelen ser más pronunciadas3. La piel también puede tener sensación de tirantez en zonas localizadas.
A diferencia de la piel seca, la deshidratación cutánea puede tratarse con cambios en el estilo de vida. El primer paso es asegurarse de beber lo suficiente durante el día. Deberías beber 1, 5 l de agua al día 3.
Dependiendo de las circunstancias individuales, también se deben combatir los factores mencionados anteriormente3:
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La base del tratamiento de la xerosis es, sobre todo, la hidratación de la piel y una higiene adecuada.
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